La globalización es un hecho y la formación de los abogados debe adaptarse a este fenómeno, que está cambiando la práctica jurídica. Actualmente es muy probable que incluso los negocios familiares deban afrontar asuntos jurídicos complejos, que involucran derecho de extranjería, derecho laboral internacional, comercio internacional o regulaciones complejas sobre derecho fiscal.
Frente a este fenómeno, la formación en las facultades de derecho no prepara lo suficiente a los abogados para afrontarlo. Para ello es necesaria una especialización suplementaria y que la misma venga de la mano de especialistas acostumbrados a trabajar en este nuevo entorno. Además esta preparación no puede limitarse a un mero estudio de las diferentes materias que lo componen. Más que estudiada debe ser vivida en un entorno que reproduzca los casos reales con los que nos encontraremos y saber resolverlos de manera exitosa.
Por todo ello, este programa es especialista en las firmas y organizaciones más reconocidas que transmiten en una primera fase sus conocimientos y habilidades a los estudiantes, los que enfrentan con los mismos retos que ellos asumen en su profesión. Así después, en la fase de prácticas del programa, acogerlos en sus propios despachos con vistas a su definitiva incorporación.