El actual sistema de acceso a la abogacía en España ha establecido un sistema que acredite en los nuevos abogados unos conocimientos y habilidades mínimos.
Ahora bien, quien desee algo más que cumplir con esos meros requisitos y aspire a formar parte de la élite de la profesión, debe seguir un camino diferente y de mayor exigencia. Si quiere estar entre los mejores abogados del futuro, tiene que formarse con los mejores del presente. Aquellos especialistas de las firmas más reputadas que le ayuden a pasar de los libros y apuntes a la aplicación del derecho en casos reales, en un entorno real y con el mejor servicio al cliente como objetivo.
Para ello y durante el periodo docente (Módulo I al III), los estudiantes consolidan sus conocimientos sobre derecho, mientras aprenden a trabajar con casos reales y en el entorno real en que se producen. Lo hacen de la mano de prestigiosos docentes y profesionales de renombre, que comienzan ya en las clases el proceso de selección para el periodo de prácticas. También se realizan visitas y talleres de trabajo en diferentes firmas, donde los estudiantes se habitúan a sus métodos de trabajo y conocen de primera mano tanto a sus responsables como los asuntos con que se enfrentan en su día a día.
La preparación de este programa no está dirigida sólo al modo en que hoy se ejerce la profesión, sino también a cómo va a ejercerse y qué se va a demandar de los abogados en el futuro inmediato. Así se aprende a trabajar tanto en cualquier área de los despachos (modelos Cravath o Wachtell) o departamentos legales de grandes empresas, como en ALSP o startups del sector legaltech.
Para completar la formación como abogado T-Shaped, se imparten workshops, se realiza role-playing y se trabaja en habilidades de negociación, oratoria, estrategias de organización de tiempo y gestión de recursos. Todo esto permite adquirir las destrezas que suponen un elemento diferenciador y una palanca de promoción profesional.
Finalmente, y gracias a la orientación personalizada y al contacto directo con los empleadores, cuyos departamentos de recursos humanos tienen una implicación directa en el desarrollo del programa, los estudiantes se incorporan a su periodo de prácticas (Módulo V), teniendo en cuenta las firmas y áreas por las que sienten mayor inclinación y para las que muestran mejores aptitudes. Ese periodo de prácticas formativas se compatibilizará con la preparación del trabajo fin de máster (Módulo IV), que se deberá presentar ante un tribunal.