Hay objetivos que los seres humanos no podemos alcanzar solos. Por ello necesitamos asociarnos con otros en organizaciones cada vez más grandes y de mayor complejidad. Sociedades que necesitan reglas con las que articular su vida interna, como sucede en el caso de las empresas. Éstas, además, establecen relaciones con la sociedad y con otras empresas, lo que da lugar a nuevas reglas, más complejas cuanto mayor y más internacional es el volumen de esas relaciones.
Esta complejidad necesita de especialistas. De técnicos que ayuden a las empresas a sortear las dificultades y a alcanzar sus objetivos. En el ámbito del derecho, de juristas especializados en derecho de los negocios que conozcan en profundidad el derecho de sociedades, de los contratos, de la contratación mercantil internacional y el derecho de la competencia.
Además, donde hay relación puede surgir el conflicto. Frente al mismo, es necesario disponer de los medios más adecuados para resolverlos y, de nuevo, de especialistas absolutamente familiarizados con los mismos y que sepan usarlos para el beneficio de las empresas. En el ámbito de grandes operaciones y de negocios internacionales, de especialistas en arbitraje y ADR.
¿Y quién y qué pueden proporcionar todo esto? Los mejores especialistas, con los mejores métodos. En el caso del máster en derecho de los negocios, arbitraje y ADR su claustro y metodología hablan por sí solos.